domingo, 19 de mayo de 2013

Azúcar, un dulce veneno



¿Sabías que el azúcar puede ser tan adictivo como el tabaco? Cuantas veces hemos oído:
 -"Yo es que después de comer tengo que tomarme algo dulce".
Pues bien, esto no lo hacemos por simple costumbre sino por adicción a esta sustancia que se vende por kilos en cualquier supermercado, el azúcar y todos los productos que la contienen.
Los azúcares , y ciertos carbohidratos, son considerados "calorías huecas" ya que no aportan vitaminas, ni proteínas ni grasas y son la causa fundamental de la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (y no las grasas saturadas, como siempre se ha dicho).
Uys!! Que fuerte empiezo, ¿no? Voy a tratar de explicar de una manera clara y, espero, concisa porqué hago estas afirmaciones.
 

Primero de todo: conocer lo que es el azúcar

Cuando hablamos de "azúcar" lo primero en lo que pensamos es en el contenido del azucarero, ese polvo blanco que echamos al café o a los dulces, pero los azúcares son los componentes básicos de los carbohidratos.
Hay dos tipos de azúcares, los simples, que están formados por uno o dos azúcares (como el azúcar blanco refinado, las harinas de trigo) y los complejos, que lo constituyen tres o más azúcares (como las legumbres, la pasta, los cereales enteros, verduras que contienen almidón como la patata, etc). Así que, como veis, estos últimos carbohidratos son azúcares pero no son dulces, de ahí la importancia de conocer cuales son las diferentes formas en las que encontramos el azúcar para las personas que, como yo, quieran moderar su consumo.
 

La insulina es la hormona que se encarga de llevar los nutrientes de lo que comemos a las células y de mantener los niveles adecuados de azúcar en la sangre. Cuando comemos carbohidratos, se digieren y van a la sangre en forma de glucosa. La insulina transporta esta glucosa a las células de nuestro organismo ( las del hígado, los músculos) y las almacenan. Pero, cuando estas células ya están repletas de glucosa ese azúcar "sobrante" se va a almacenar en forma de grasa.
Además, cuando comemos mucho azúcar el nivel de ésta en sangre se dispara, por lo que se libera mucha insulina para retirarla rápidamente. Esto nos crea una sensación de hambre y de antojo de comer dulces así como cambios de humor dependiendo de los niveles que tengamos de azúcar en sangre.
 

La fructosa, la mala de la película

El azúcar de mesa, la sacarosa, que es un azúcar simple formado por glucosa y fructosa. Ya sabemos como funciona la glucosa en nuestro organismo, se almacena en las células y el resto se convierte en grasa. ¿Y que ocurre con la otra parte del azúcar refinada, la fructosa?
La fructosa suena bien, suena al azúcar que tienen las frutas y que, por lo tanto, es súper sana y natural y no nos puede hacer ningún mal por nada del mundo. Pues bien, nada más lejos de la realidad.
 
La fructosa es la verdadera sustancia tóxica. ¿por qué? Porque la fructosa se metaboliza totalmente en el hígado. En él se convierte en ácidos grasos libres, colesterol "malo" y triglicéridos que pasan a la sangre y se almacenan directamente como grasas.

Además, al no pasar por la sangre como la glucosa no estimula a la insulina y si ésta no aumenta no se activa la hormona de la saciedad, la leptina, por lo que el cerebro con capta el mensaje de "estar lleno", es más, como la insulina no responde, el cerebro tiene la sensación de que el cuerpo se está muriendo de hambre.

Mas adelante abriré otro posts ampliando más información sobre la fructosa e intentaré aclarar más dudas sobre ella.

y tu, ¿Sabías lo malo que era realmente el azúcar?

 

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