viernes, 7 de noviembre de 2014

Bizcocho especiado relleno de crema de calabaza (sin huevo, ni gluten)


Hola, querid@s seguidores/as. Tengo que disculparme por la dejadez de estos últimos meses. El hecho de embarcarme en nuevos proyectos me deja muy poco tiempo. Esto unido a que cerraron mi tienda favorita donde compraba las harinas a muy buen precio, hace que me cueste más esfuerzo (y dinero) meterme en la cocina. Pero ya no hay excusas, vuelvo a mi cocina!!!
Así que, un domingo, me puse mi delantal favorito, desempolvé mis batidoras, mezcladoras y resto de utensilios y me puse a hacer un bizcocho para la merienda. Como no lo había previsto, me puse a rebuscar a ver que tenía en la nevera y en la alacena... y el resultado fue espectacular. Un rico bizcocho, muy esponjoso, relleno de crema de calabaza y con cobertura de almendras.

Ingredientes:

Para el bizcocho

  • 450 g de harina sin gluten (300 g de harina de arroz + 150 g de almidón de maíz).
  • 200 g de azúcar de caña (o 90 g de tagatosa).
  • 1 sobre de levadura.
  • 1/2 cucharadita de goma xantana.
  • 150 ml de aceite de oliva (o girasol si no quieres que te quede el sabor tan fuerte).
  • 250 ml de leche (puedes utilizar soja, almendra, arroz... o cualquier otra que te guste).
  • 1/2 cucharadita de cúrcuma.
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada.
  • 1 cucharadita de canela.
  • Almendras laminadas (opcional)

Para la crema

  • 500 g de calabaza.
  • 100 g de azúcar de caña o 40 g de tagatosa.
Lo primero, ponemos el horno a calentar, con calor arriba y abajo, a 170º.
En un recipiente, ponemos la harina, la levadura, la goma xantana y las especias. Lo mezclamos todo muy bien.
En un bol, mezclamos el aceite con el azúcar o la tagatosa, y lo mezclamos bien con la batidora. Cuando esté bien mezclado, se pone la leche y se vuelve a batir hasta que esté más o menos integrado todo. Se incorporan los sólidos a los líquidos, si es posible tamizándolos y mezclando poco a poco. La masa queda más bien espesa y pegajosa. La levadura yo la incorporo al final, y vuelvo a mezclar todo bien.
Tomamos un molde alto, con el objeto de que el bizcocho quede con la suficiente altura como para poder cortarlo por la mitad y manejarlo. Se engrasa y se pone la mezcla. Se ponen las almendras laminadas por la superficie (esto es opcional, pero queda riquísimo).

Se mete en el horno en la rejilla más cercana a la base y se ponen los primeros 10-12 minutos solo el calor por abajo. De esta manera conseguimos que suba un poco más. Después, volvemos a poner calor en ambos lados y lo ponemos durante 20 minutos más. Los tiempos dependerán de cada horno, así que siempre os recomiendo que hagaís la prueba de fuego, que es meter un palillo en el centro y ver si sale limpio o no. A mi se me fué un poquito la mano con la cocción y quedó un poco tostado por los bordes, pero el interior quedó suave y jugoso. 
Esperamos unos 10-15 minutos después de sacarlo del horno para desmoldarlo y lo dejamos que se enfríe.
Mientras podemos hacer la crema, que es muy sencilla. Cortamos la calabaza en trozos y lo ponemos en un recipiente resistente al microondas. En unos 8-10 minutos a máxima potencia debe estar tierna. Si no, ponla un poco más porque nos interesa que esté super blandita.
Se mezcla con el azúcar o tagatosa y se pasa por la batidora para conseguir una crema fina, con un color espectacular.

Cuando el bizcocho esté frío (o templado) se corta por la mitad longitudinalmente y se le pone la crema, extendiéndola uniformemente con una espátula. Se tapa y así tenemos un rico bizcochito relleno, dulce, sano y muy natural.
El sabor de las especias le da un toque muy exótico, tanto en sabor como en olor, y la crema le da mucha jugosidad.
La verdad es que duró muy poco en casa, y esto hizo que me animara a seguir haciendo y publicando más recetitas. Así que, ya nos veremos más por aquí.

¿Te animas con esta receta?



domingo, 18 de mayo de 2014

Pan de hamburguesa sin gluten


Mi amiga Olga lleva ya tiempo pidiéndome que probara a hacer pan para hamburguesas. Y nunca me había puesto a ello porque muchas recetas que veía se hacían con unos moldes que yo no tenía y no encontraba por ningún sitio (salvo por internet). El otro día me puse a pensar que seguramente podría hacer esos panes sin necesidad de molde y me puse a investigar. Encontré esta receta en el blog de celiacos y la modifiqué un poco para no utilizar mix comerciales, ni leche ni azúcar. El resultado fue espectacular!!!

Ingredientes:

  • 250 g de mezcla de mi harina favorita aquí
  • 30 g de harina de arroz
  • 50 g de harina de garbanzos
  • 150 ml de agua
  • 12 g de levadura fresca
  • 1 huevo grande o 2 pequeños (en mi caso, ecológicos)
  • Un chorrito de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de tagatosa
  • 1 pizca de sal
Lo primero que hacía en la receta original es espumar la levadura. Esto se hace, sobre todo, para saber si la levadura está en perfectas condiciones, si está activa. La autora del blog lo hace porque utilizó levadura seca de panadería. Yo, igualmente lo hice porque la levadura fresca llevaba ya un tiempo en el frigorífico y no sabía si estaba viva.


Para espumar la levadura, se pone un poco de agua o leche tibia en un recipiente de plástico (como un dedo), media cucharadita de tagatosa, la levadura desmenuzada y se mezcla bien. También se le puede agregar una cucharadita de harina. Se tapa y se deja que espume, hasta que llegue arriba del recipiente (dependiendo del calor que haga tardará más o menos, pero en torno a los 10-15 minutos).
Mientras, en un bol o en la amasadora, se vierte la harina, la sal, el/los huevo/s, el agua, el aceite y la tagatosa. Se mezclan unos segundos y se vierte la espuma de levadura, mezclandolo todo durante unos 5 minutos. Se tapa y se deja reposar hasta que doble el volumen (en mi caso, casi 1 hora).
Una vez que ha fermentado, se vuelve a amasar unos segundos para sacarle el aire.

Se cubre la rendija del horno con papel vegetal. Con las manos húmedas, se va cogiendo pedazos de masa y dándole forma redondeada y aplastándolo un poco. Con la superficie húmeda, se pone semillas de sésamo o de cualquier otra que se nos ocurra (amapola, chía...) y se dejan, nuevamente, que los bollitos leven. Yo los metí en el horno a 35º durante unos 15 minutos.
Cuando estén gorditos, con el horno así en frío, se pone a 170ºC a hornear durante unos 30 minutos o hasta que estén doraditos. La bandeja se pone en la rendija de abajo, con calor arriba y abajo.
Una vez hechos, se sacan y se dejan enfriar en una rendija.
Yo hice unos 7 bollos, pero quedaron pequeños. La gula me pudo y, a la hamburguesa de buey, le puse queso, rúcula, tomate y salsas. La próxima vez hago menos pero más grandotes.
¿A que tiene buena pinta?












domingo, 4 de mayo de 2014

Pan de queso y yuca

 
Siempre que iba a comprar almidón de mandioca en los locutorios me preguntaban: "¿Es para hacer pan de queso?", y yo siempre me quedaba con la duda de qué era eso del pan de queso.
Como en Granada es complicado (o era) encontrar almidón agrio de yuca, lo encargué para que me lo compraran en Madrid. Me trajeron un par de kilos de harina de yuca (o mandioca), que no es lo mismo que almidón agrio de yuca, por lo que la he tenido mucho tiempo relegada en un estante olvidado de la cocina.
El otro día la rescaté, y me propuse darle uso, por lo que me acordé del pan de queso y me fui a buscarla a "San google". Sé que este tipo de pan es muy típico de Brasil, pero en el resto de centro y sur américa también tienen sus recetillas. Di con un blog de un chico de Costa Rica, "Cocina costarricense", donde apareció esta receta tan sencilla, la cual modifiqué ligeramente,  con unos resultados espectaculares.




Ingredientes:

  • 450 g de harina de yuca (o 2 tazas)
  • 250 g de queso rallado (o 1 taza). Yo usé uno de virutitas del mercadona.
  • 10 g de levadura fresca
  • 50 g de mantequilla blanda
  • 1/2 taza de agua
  • una pizca de sal (cuidado con el queso que utilizas)

En un recipiente se pone la harina, el queso y la mantequilla en trozos. Yo templé un poco el agua y deshice la levadura en ella. Se incorpora a lo sólido y, con las manos limpias, se van mezclando los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
Se van cogiendo pedazos de masa y haciendo una bola con ellos, más o menos del tamaño del que queramos obtener los bollitos. Cuando tengamos los bollos, a mi me salieron unos 8, se dejan reposar en un lugar cálido, tapado, unos 40 o 60 minutos. Yo les hice una cruz en la superficie, no muy profunda.
Pasado este tiempo (a mi no me doblaron el volumen), se ponen en una bandeja engrasada o con papel vegetal. Con el horno previamente pre-calentado a 180º con calor arriba y abajo, se mete la bandeja en la parte de abajo, dejándose hornear unos 25 minutos o hasta que estén doraditos.
Me encantó el resultado. Blanditos, jugosos y con un sabor buenísimo. A los dos días siguientes seguían estupendos, blanditos e igual de ricos.
Totalmente recomendables. ¿Puedes conseguir harina de yuca donde vives?

lunes, 21 de abril de 2014

Tarta de manzana y quinoa vegana (Sin gluten, ni lactosa, ni huevo, ni azúcar)


Hacía tiempo que no me ponía manos a la obra a hacer alguna recetilla de repostería. Y es que, últimamente, no doy abasto con los panes para consumo propio y con los que me encargan, por lo que tengo poco tiempo para investigar recetillas nuevas.
Tenía en casa unas manzanas que no se comían y, conforme se iban pasando y poniéndose más blandas, menos se iban a comer, así que me puse a buscar que hacer con ellas.
Una de las recetas que mas se consultan en mi blog es la del bizcocho vegano. Además, cada vez más gente me consulta sobre recetas para alérgicos al huevo, intolerantes a la lactosa... así que he preferido hacer una tarta con estas características.
Navegando por internet he descubierto un blog que me ha encantado. Se llama "Más allá del gluten" y de ahí he sacado esta rica receta, aunque yo haya modificado un poco el aspecto. Me considero fan número uno de la quinoa (o quinua), así que cualquier receta que la contenga voy a intentar hacerla.

Ingredientes:

Para la base:

  • 1 taza de quinoa cocida
  • 1 plátano muy maduro (o 2 si son pequeños)
  • 1 taza de harina de arroz

Para el relleno:

  • 5 manzanas
  • 7 cucharadas de jarabe de agave (o del endulzante elegido)
  • Canela al gusto
Lo primero que haremos es cocer la quinoa. Para ello, primero, hay que lavarla muy bien. La manera correcta es hacerlo bajo el grifo, ya que el grano de quinoa tiene una toxina llamada saponina (como jabón), que solo se desprende cuando se lava bajo el grifo, no sumergiéndola. Después, se cuece en el doble de agua que de quinua, con una pizca de sal, hasta que el grano se abra o el agua se absorba (unos 15 o 20 minutos). Se reserva.
Mientras se enfría la quinua, se pelan las manzanas y se cortan en daditos pequeños. Se ponen en un bol con canela y el endulzante, en mi caso el jarabe de agave. Se mueve bien para que todos los trozos se endulcen y tomen la canela.
Para la base, se mezcla en una trituradora la quinua y el plátano, y se hace una pasta. En una superficie lisa, se esparce una capa gruesa de harina, se vuelca la mezcla anterior en ella y se le va incorporando poco a poco más harina encima, hasta intentar hacer una masa que sea manejable. Esto llevará unos minutos moviendo la mezcla y añadiendo harina, hasta lograr hacer una masa que no se pegue. Se estira con cuidado con un rodillo, dándole la forma del molde que tengamos, en mi caso redonda. Cuando la tengamos lista, la ponemos en el molde, previamente engrasado o enharinado, como prefieras, y la acomodamos con los dedos en el molde. Recortamos la masa sobrante para darle bonita forma.
Rellenamos con la mezcla de manzanas, Para terminar, corté algunas manzanas en gajos para decorar la tarta un poco y le puse un poco de jarabe extra por arriba para que tomara color y brillo.
Con el horno precalentado a 180ºC, a un cuarto de altura de la base, con calor arriba y abajo, se mete la tarta a hornear durante 30 minutos (dependiendo del horno puede estar lista antes).
Cuando esté lista, se saca del horno y se deja enfriar antes de desmoldar, ya que es una tarea complicada porque la base se puede romper.
El resultado me ha encantado. La base no tenía nada de dulzor, pero para mi gusto no la necesitaba, ya que la mezcla se ha encargado de darle el punto necesario. Por tanto, ha quedado una tarta bastante ligera y muy sana.
¿Os animáis a hacerla?
 
 
 
 


 

domingo, 30 de marzo de 2014

Bizcocho de limón y frutas del bosque relleno de crema pastelera


Últimamente estoy bastante ocupada y no tengo demasiado tiempo para entrar en la cocina. Eso, unido a que mi actual trabajo es bastante sedentario y he cogido unos kilitos, hacen que no esté haciendo casi nada de repostería, porque me siento bastante culpable después por comerme esos manjares que no puedo evitar. Así que nada, que lo único que estoy haciendo son los encarguillos de panes que me piden de vez en cuando. Pero ya os debía alguna recetilla nueva.
 
El caso es que, será por las prisas con las que elaboré este bizcocho, de sabor estaba tremendo, pero de aspecto no tanto. Y es que la repostería y los panes se revelan cuando "notan" que no estás elaborando la receta con mimo. Pero bueno, por lo menos os traigo algo nuevo y, confío, que me vais a superar en la presentación, ¿A que si?

Ingredientes:

Para el bizcocho:


  • 200 g de harina de arroz
  • 100 g de almidón de maíz (maizena)
  • 50 g de tagatosa (o 100 g de azúcar moreno) 
  • 1 huevo grande
  • 50 ml de aceite de girasol (u oliva)
  • 150 ml de zumo de limón
  • Un poco de agua
  • 1 sobre de levadura química
  • 1 lata de frutas del bosque en zumo de uvas (Mercadona)

Para la crema pastelera:

  • 1/2 l de leche (Yo usé sin lactosa)
  • 1 vaina de vainilla
  • 4 yemas de huevo
  • 40 g de almidón de maíz 
  • 1 cucharada de tagatosa (no la quería demasiado dulce, si no poner 2 o 4 de azúcar).  
 
 Primero hacemos el bizcocho. Ponemos los ingredientes líquidos en un vaso de batidora, junto con el huevo.  Añadimos, seguidamente, las harinas tamizadas agregándolas poco a poco, la tagatosa y la levadura y mezclamos muy bien.
Engrasamos con mantequilla o aceite un molde. Yo usé uno de plum cake que admite casi 1 kg de masa. Precalentamos el horno a 180 º, con calor arriba y abajo y ponemos la bandeja en la posición que deja la segunda ranura empezando por abajo.
Se vierte la mezcla en el molde. Cuando el horno alcance la temperatura deseada, se mete el molde y se deja solo calor abajo, horneando por un tiempo aproximado de 30 minutos. Recordad no abrir el horno durante ese tiempo y que podéis comprobar si el bizcocho está ya echo si lo pinchamos y el palillo sale seco.

Un vez terminada su cocción, se saca del horno y se pone a enfriar en una rejilla.
Mientras se enfría, podemos hacer la crema pastelera.
En un cazo, se pone la mitad de la leche junto con la vaina de vainilla a la que habremos abierto por la mitad a lo largo. Se lleva a ebullición. Mientras, se diluye el almidón de maíz en la leche que hemos reservado. Se incorpora la leche fría al cazo y se remueve hasta que empiece a espesar. Cuando esté espeso, se aparta del fuego. Se baten las yemas y se incorpora al cazo, una vez templada la crema, sin dejar de mover. Se deja enfriar.
He de confesar que no sé porqué motivo la crema pastelera me quedó bastante líquida. Mi intención era poner una buena capa de crema en medio del bizcocho pero se quedó en una capita, pero igualmente estaba muy rica.
Para la decoración, se corta el bizcocho por la mitad longitudinalmente. Yo le puse un poco del zumo de uva que viene en la lata de las frutas del bosque, para que quedara más húmedo y blandito. Posteriormente se pone una capa de crema pastelera y se tapa.
 


 

lunes, 24 de febrero de 2014

Pizza sin gluten


Tengo un montón de preparado de harina Proceli que compré en Carrefour en una oferta. Me pudo la avaricia y ver el paquete a 1 euro me hizo que me lanzara hacia ellos como si fuera lo último que iba a comprar sin gluten en mi vida. Pues bien, después empecé a hacer mis propias mezclas de harina que me gustaron muchísimo más que las comerciales, por lo que tengo unos pocos paquetes ahí "muertos de risa". Así que me propuse a hacer bases para pizza, ya que antes nunca la había hecho y los ingredientes que le pones arriba camuflan mucho el regusto a "sin gluten" de la mezcla comercial.
Buscando en internet encontré la manera de poder aprovechar "la Proceli". La receta es para hacer dos pizzas medianas perfectamente.
 

Ingredientes (para la masa):

  • 150 ml de leche
  • 50 g aceite de oliva
  • 1 huevo
  • 1 sobre de gasificante
  • 300 g de harina Proceli
En un cuenco grande, se van añadiendo los ingredientes en el mismo orden que se han indicado antes. Se mezclan bien todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea.
En un papel vegetal se pone la mitad de la mezcla, se tapa con otro papel y se le pasa el rodillo, con fuerza para que quede una plancha lo más fina posible. Si ves que se pega, se le pone un poco de harina.
Cuando se ha estirado lo máximo se le da la forma deseada. Yo cogí un corta pasta redondo mediano.
Se hace lo mismo con la otra mitad.
Con el horno precalentado a 180ºC, se meten las pizzas 15-18 minutos con calor arriba y abajo con el ventilador puesto. 
Con estos ingredientes me salieron 2 pizzas medianas y 1 "tosta" rectangular pequeña.
Y ahora viene lo mas creativo, rellenarlo con lo que queramos o con lo que tengamos en la nevera.
En la base, le puse tomate natural en rodajas. A una de ellas le puse queso en lonchas, rayado y unas rodajas de chorizo ibérico.
La otra la hice con el relleno que me sobró de unas berenjenas, con queso rayado.
Con la masa que sobró, hice un par de rectángulos y lo "pinté" con aceite, ajo picado y perejil. Queda buenísima para acompañar cualquier aperitivo o, incluso, solas.
El resultado encantó en casa, tanto que desapareció todo en un plis plas.

¿Cuál es tu pizza favorita?
 

domingo, 16 de febrero de 2014

Bizcocho esponjoso de naranjas confitadas (sin gluten ni lactosa)


Mi amiga Vero tiene una vecina cuyo novio es celiaco y muy goloso. Hace poco fue su cumpleaños, y le comentó a Vero que no podía celebrar una merienda dulce porque no encontraba donde comprar una tarta sin gluten. Vero le recomendó mi blog, pero ella no es muy cocinitas, por lo que se puso en contacto conmigo y me encargó una bizcocho. Le avisé de que mis bizcochos y tartas no son tan espectaculares como mucha gente las hace, con fondant, buttercream, de diseños imposibles... pero ella precisamente lo que buscaba era algo casero y rico, y ahí no me gana nadie, jeje. Las condiciones eran, que fueran sin gluten, sin lactosa, sin chocolate y con azúcar. Así que, de mis entradas antiguas, le dije que buscara una que más o menos le gustara y eligió el "Bizcocho vegano de naranja y chocolate", al cual le hice unas modificaciones para adaptarme al encargo. La verdad es que, al final, no tenían que ver uno con el otro pero, igualmente, ambos salieron buenísimos. He de decir que las fotos no le hacen justicia al bizcocho en realidad. Aquí, por la luz, parece un pelín quemado, pero nada que ver.
 

Ingredientes:

  • 200 g de harina de arroz
  • 100 g de almidón de maíz (maizena)
  • 100 g de azúcar + azúcar glas para decorar + 3 cucharadas para caramelizar + 3 cucharadas para macerar
  • 1 huevo grande
  • 50 ml de aceite de girasol (u oliva)
  • 1 sobre de levadura química
  • 300 ml de zumo de naranja recién exprimido
  • 6 rodajas de naranjas peladas
  • La cáscara de una naranja (sin lo blanco)
  • Agua
Lo primero que haremos es poner a macerar las rodajas de naranjas con 2 o tres cucharadas de azúcar, y las dejamos 2 horas, dándoles la vuelta de vez en cuando para que todas tomen el azúcar.
Seguidamente, ponemos los ingredientes líquidos en un vaso de batidora, junto con el huevo.  Añadimos, seguidamente, las harinas tamizadas y agregándolas poco a poco, el azúcar y la levadura y mezclamos muy bien.
Engrasamos con mantequilla o aceite un molde. Yo usé uno de plum cake que admite casi 1 kg de masa. Precalentamos el horno a 180 º, con calor arriba y abajo y ponemos la bandeja en la posición que deja la segunda ranura empezando por abajo.
Se vierte la mezcla en el molde. Se ponen, con mucho cuidado las rodajas de naranjas maceradas en el azúcar. He de confesar que este paso lo hice para hacer la decoración del bizcocho, como el que hice vegano, pero la masa de éste quedó más líquida y vi con horror como se hundían en ella.
Después pensé en decorar con las virutas de cáscara de naranja y que, una vez que se corte el bizcocho, serían una grata sorpresa el encontrarlas, por lo que me alegré de mi "error".
Cuando el horno alcance la temperatura deseada, se mete el molde y se deja solo calor abajo, horneando por un tiempo aproximado de 30 minutos. Recordad no abrir el horno durante ese tiempo y que podéis comprobar si el bizcocho está ya echo si lo pinchamos y el palillo sale seco.
Un vez terminada su cocción, se saca del horno y se pone a enfriar en una rejilla.
Mientras podemos hacer las virutas de cáscara de naranja. Se lava muy bien la naranja y, con un pelador de patatas, se van sacando virutas con mucho cuidado de no llevar la parte blanca, ya que amargaría. Quedan mucho más bonito sacar rodajas en círculo y largas, pero yo, sinceramente, no lo conseguí. La cantidad depende del tamaño del bizcocho y de cuanto queramos cubrirlo.
En un cazo, se calienta unos 100 ml de agua, 3 cucharadas de azúcar y se ponen las cáscaras, removiendo para que se empapen bien. Se espera a que se vaya consumiendo el agua y, antes de que se quede seco del todo, se sacan las virutas. Os recomiendo que esto sea inmediatamente antes de decorar el bizcocho, ya que de lo contrario se enfriarán y se quedarán muy duras.
Yo, por tanto, una vez frio el bizcocho, lo tamicé con azúcar glas y le puse las virutas por encima.
El resultado es espectacular.
Lo malo es que solo tengo fotos de fuera, ya que no estuve presente cuando se cortó. Solo decir que Maite me felicitó, dijo que estaba super esponjoso, con un sabor a naranja riquísimo y que encantó a su celiaco y a todos los invitados, así que yo más satisfecha aún que si me lo hubiera comido enterito yo solita ;-).