Bueno, amigos/as ya por fin ayer me decidí a cocinar mi propio pan sin harinas con gluten. Aunque aún no tenía el almidón agrio de mandioca, tan imprescindible que parece porque en todas las recetas lo usa, pensé que a lo mejor no era tan necesario y que, con cariño y trabajando bien la masa, podría conseguir un pan rico para mi desayuno de hoy. Además, quería un pan lo más bajo posible en carbohidratos, por lo que ahorrarme el almidón no suena nada mal.
Los ingredientes que utilicé y las cantidades fueron todas inventadas por mi, para comprobar que salía y fueron los siguientes:
- 200 g de harina de quinua (molida por mi misma)
- 100 g de harina de arroz
- 100 g de harina de trigo sarraceno
- 1 cucharadita de sal
- 15 g de levadura
- 400 ml de agua
Mezclé todas las harinas, la sal y la levadura, pero al poner el agua quedó muy líquida la masa, con la consistencia de masa para bizcocho. Horror, pensé, y automáticamente empecé a rectificar de harinas hasta conseguir una masa que se podía trabajar, por lo que las cantidades dadas al principio se fueron modificando.
Cuando ya tuve una masa parecida a las que yo estoy acostumbrada a tratar con las recetas de pan "tradicional", amasé y le di forma y la puse a reposar en un bol de pirex.
Dejé la masa reposar durante 2 o 3 horas y la verdad es que aumentó su volumen bastante.
Metí el pan con el recipiente tapado con el horno en frio, a 180 º, ventilador con calor arriba y abajo y lo dejé unos 40 minutos. Luego lo destapé y lo dejé unos 10 o 15 minutos más para que se dorara, ya que lo veía muy blanco.
El resultado
Pues bien, el resultado es el siguiente:
Un pan con una pinta extraordinaria y un olorcito delicioso, peeeeeeeeeero... La miga estaba súper apretada y se desprendía con facilidad de la corteza. El sabor era amargo, aunque comestible, pero realmente no tiene nada que ver con el pan al que estoy acostumbrada.
Posibles errores
Mi padre, un panadero jubilado después de cuarenta años haciendo panes y todo tipo de delicias, me comentó que el resultado de esa miga tan apretada podría ser el que hubiera utilizado agua templada (en la que desleí la levadura) en vez de fría y que no hubiera subido lo suficiente por poner la levadura demasiado pronto en la masa y empezar a fermentar mientras la trabajaba.
En el foro del pan, en el que participo, me dijeron que el sabor amargo podía ser debido a la harina de quinua, que cuando se utiliza debe hacerse en pequeñas proporciones (y yo la puse de manera mayoritaria). Además, la miga tan apelmazada podría ser por el hecho de no utilizar ningún tipo de almidón.
Y la verdad, me quedé con un sabor amargo tras hacer este pan, y no solo por la quinua sino porque pensaba que iba a ser más fácil elaborar mi propio pan sin gluten.
Y vosotros, ¿Dónde creéis que están los errores?
Editado: Al día siguiente estaba más compacta la miga y duró "comestible" tres días.
uff, conseguir algo que se parezca al pan, a mi me quedan siempre como bizcochos :_(
ResponderEliminarNo se si es porque la levadura se come el gluten, y al no llevar estas harinas...
He visto que en algunas recetas se usa arrowroot, que debe ser un hongo, pero no se como se traduce en español.
Lo del glasificante del mercadona? Eso que son unos sobres blancos y morados?
Por dar ideillas para experimentar
Yo he conseguido que me suba, es cuestión de ver que levadura le pones y cuanta cantidad.
ResponderEliminarLo que no he conseguido es una miga decente, siempre se desmiga con facilidad o no logro una corteza crujiente. Y cuando la consigo, la miga es demasiada apretada... Bueno, sigo experimentando en mi laboratorio, conseguiremos un pan decente. A por él!!!