miércoles, 30 de octubre de 2013

Tarta-cuajada de manzana



Mi amiga Marisa me pidió una receta de tarta de manzana y yo ya llevaba tiempo queriendo hacerla. Esta tarta, con consistencia y textura de flan o cuajada, la probé en una reunión familiar, obviamente en su versión con harina de trigo y azúcar. Me encantó y rápidamente pedí a la cocinera la receta y la he hecho sin azúcar ni gluten, con un resultado que no tiene nada que envidiar a la original.
 
 

Ingredientes:

60 g de harina de Arroz
40 g de maicena
4 huevos ecológicos (son los que últimamente estoy consumiendo)
30 g de tagatosa
3 manzanas dulces
3/4 l de leche
Canela
Piel de limón
Cardamomo (opcional)
 
 
En la receta "original" me dijeron que había que utilizar un vaso de harina y otro de azúcar. Yo iba a usar un vaso de mi mezcla de harinas (200 g) y la mitad de tagatosa (100 g o 75g), pero me sobró bastante, por lo que recalculé las medidas. También supongo que depende como de grande quieres tu tarta-cuajada. A mi me salieron dos como la que veis en la foto.
Se calienta la leche con la canela, el cardamomo y la piel de limón, de manera que coja todo el sabor, más o menos como hacer leche merengada. Una vez que esté fría (esto es muy importante), se cuela y se bate e ella los 4 huevos.
Se pela y corta en "gajos" la manzana, reservando las que se vean más bonitas para ponerlas por encima.
 
La manera en que se hace es por capas, os explico. En un molde previamente engrasado se espolvorea tagatosa o azúcar (yo le puse un chorrito de jarabe de ágave) para que al calentarse se quede como caramelo líquido. Después se pone otra capita de harina, manzanas cubriendo la harina y por ultimo, se vierte la leche con el huevo hasta que cubra un poco las manzana... y vuelta a empezar: tagatosa o azúcar, harina, manzana y leche... tantas capas como nos permita el molde que usemos.
Por último, se termina con una capita de nuestras mejores manzanas.
En el horno, previamente precalentado a 160 ºC con calor arriba y abajo, se mete la tarta cuajada y se deja durante unos 45 minutos o hasta que al meterle un "pincho" salga limpio. Mucho cuidado de que las manzanas de la capa de arriba no se quemen, ya que dará un sabor y aspecto no muy agradable.
Y es todo. El resultado es una tarta ligera, suave, tierna, buenísima. Espero que lo disfrutéis y que os guste tanto como a mi.

domingo, 27 de octubre de 2013

Galletas especial Halloween (sin huevos ni leche):Dedos sangrientos de brujas.


Madre mía!! quien me ha visto y quien me ve? Con lo que yo he despotricado de Halloween, diciendo que es una fiesta yanqui, que no tenemos personalidad, que en mi pueblo es "to santos" y no necesitamos importar tradiciones de otros países... y hoy me sorprendo haciendo unas galletas terroríficas al más puro estilo americano. Pero es que buscando recetas con frutas y verduras de temporadas no he podido evitar caer en recetas para Halloween y, cuando vi estas galletas, no me pude resistir.
Pensé en el fracaso culinario que tuve con mis primeras galletas pero no me dejé amedrentar, a pesar de que algún que otro de mis amigos pensó que los dedos me iban a salir horrorosos y se sorprendieron viendo los resultados. Y es que estoy super contenta por como han quedado, por el sabor de la galleta en sí y por la forma tan tenebrosa (aunque me parecen muy graciosas en realidad).

Ingredientes:

  • 100 g harina de arroz
  • 100 g harina de maicena
  • 100 g harina de yuca o mandioca agria
  • 100 g de almendras molidas
  • 1 cucharadita de levadura
  • 1/2 taza de jarabe de arce (o media taza de azúcar)
  • 1/2 taza de aceite de girasol
  • 1 cucharadita de vainilla en polvo
  • 1 cucharadita de esencia de almendras (opcional, yo no le puse)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • Almendras crudas
  • Gel comestible rojo o mermelada de fresa.
 
 Se hace la mezcla de harinas junto con las almendras molidas, la vainilla en polvo, la sal y la levadura. Se vierte en ellas el aceite de girasol y el jarabe de arce y se mezcla muy bien, primero con una paleta o cuchara y después se trabaja con las manos.
Cuando todo esté bien mezclado y amasado, se hace una bola y se envuelve en un papel film transparente, metiendo la masa, al menos 30 minutos en la nevera.
Una vez endurecida procedemos a hacer los dedos. Para aquellos/as que no se os de demasiado bien las manualidades (como a mi) hay numerosos vídeos en YouTube de gente haciendo estos dedos.
 
De todas maneras, no tienen mucha ciencia. Se hace un cilindro de masa, con la punta un poco redondeada. Con un cuchillo se corta una cuña donde debe ir la uña, para dejar el extremo más delgado que el resto del dedo. Sobre la mitad, más o menos, se presiona por arriba y por abajo para simular un nudillo huesudo. Con un cuchillo o palillo se hacen unas rayitas en los nudillos y bajo la uña.  Si se quiere, se puede poner una almendra al final del dedo, en el lado opuesto a la uña, para simular un huesito. Se coloca la almendra que será la uña y se hace lo mismo con el resto de la masa.
Mi masa no quedó muy maleable. Me imaginé que quedaría como plastilina, pero se desmoronaba un poco, así que hacer los dedos fue una tarea más complicada. La forma la tuve que dar mientras iba presionando la masa para que no se deshiciera, pero el resultado fue bueno.
Se hornea durante 15 minutos a 160ºC con el horno precalentado y con calor arriba y abajo. De todas maneras esto depende de cada horno. Es importante que estén bien cocinados pero que no estén demasiado tostados, para que dé un aspecto más tétrico.
 
Una vez que se hayan sacado del horno y se hayan enfriado, se procede a decorarlas. Con un gel o mermelada de fresa, se pone un poco alrededor de la uña y en el otro extremo, para parecer que ha sido arrancado de la mano (asqueroso, ¿verdad?).
Y ya tenemos listos nuestros dedos sangrientos de bruja, o de muerto, o de quien se te ocurra, jeje.

 
Cuando estaba terminando de hacer las galletas me acordé mucho de mis padres. En San Fernando, de donde yo soy, son muy famosas las tortillas de camarones y se hacen friendo una masa que se vierte a cucharadas en la sartén, para hacer pequeñas tortillas. En mi casa, mi madre o últimamente mi padre que es el que las fríe, cuando ya queda poca masa, generalmente, uno está cansado/a de hacer tortillas, por lo que termina echándola toda y haciendo una gran tortilla a la que le solemos llamar "la tortilla de la madre" (o del padre, dependiendo de quien la haga), que denota que ya estaba harto de hacer tortillas. Pues bien, os cuento todo esto porque a mi me pasó lo mismo. Y con el final hice, "el dedo de la madre" y una araña, porque ya estaba cansadísima de formar pequeños dedos, jejeje.
 
 
¿Vas a hacer algo especial para Halloween, "to santos" o día de los difuntos?

miércoles, 23 de octubre de 2013

Tarta de chirimoyas (sin huevo, ni lactosa)

 
Este domingo mis padres nos invitaron a comer a un restaurante que está cerca de mi casa. Pensé en los postres de ese lugar: Tartas, natillas, flanes... todo casero, mmmmm!!! pero de pronto me vino una colleja sin manos en forma de "azúuuucar, harinas de trigo, gluten..." y automáticamente se me pasaron las ganas. Como estoy en la labor de concienciar a toda mi familia, pensé en hacer un dulce "sano y natural" de los míos y, sutilmente, aprovechando la cercanía, proponer tomar el postre en mi casa junto a un té de Uganda que me había traído de mi último viaje.
Así que, casi con la hora encima, me puse manos a la obra con lo que tenía en casa, que en este caso eran unas chirimoyas muy maduras que había que consumir rápidamente. Se me encendió la bombillita y salió esta ricura.
 

Ingredientes:

  • 2 chirimoyas maduras (admite más, como 4, pero yo no tenía)
  • 100 g de harina de arroz o 150 g de harina de trigo
  • 50 g de harina de maicena
  • 1 sobre de gasificante doble (del mercadona)
  • 2 cucharadas de tagatosa o 4-5 de azúcar (depende de lo dulce que te guste)
  • 200 ml de nata vegetal
  • 50 ml de aceite de girasol
  • Un chorrito de leche de coco (o de cualquier otro tipo)
Primero y más tedioso, es despojar de las semillas a las chirimoyas y las reservamos.
Se mezclan los sólidos por una parte y los líquidos por otro, incluyendo las chirimoyas que se baten con la nata, el aceite y la leche de coco. Se incorpora los sólidos y se obtiene una masa homogénea.
Se engrasa un molde (yo utilicé mantequilla, pero se puede utilizar cualquier grasa que se quiera).
Con el horno precalentado con calor arriba y abajo, se hornea a 160 ºC (por la tagatosa) durante 30 minutos. Si utilizas azúcar y/o harina de trigo puedes ponerlo a 180ºC, se hará en menos tiempo.
 
 
Y el resultado fue excelente. Todos comieron mi bizcocho y les gustó bastante. Y mi padre, que era el que más "miedo" me daba, por su trayectoria de panadero profesional y repostero doméstico, me dio su visto bueno, por lo que me puedo poner ya una medallita, jejeje.
 
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
¿Te has animado ya ha hacer alguna receta? Por favor, comparte tu experiencia conmigo, me hace mucha ilusión.

domingo, 13 de octubre de 2013

Pan de ajo y pan de tomate y pimientos

 
 
El otro día tuve una reunión con unas amigas para almorzar en casa de una de ellas y cada una decidimos llevar una cosa. Comimos raclette, que es un queso suizo que se hace en una parrilla eléctrica y se acompaña de patatas cocidas y embutidos. Yo decidí llevar una buena ensalada y, como no, pan sin gluten para acompañar al quesito y, de paso, para que ellas probaran el sabor de ese pan.
Pensé que hacer un pan de este tipo así, sin añadirle ningún condimento, iba a resultar demasiado "duro" para gente que está acostumbrada a un pan normal y que iban a notar demasiado ese sabor particular que tienen los panes sin gluten. Por tanto, me decidí a tunearlos un poquito y el resultado fue espectacular.
Quien coma pan normal y acostumbre hacerlo en casa, también tenéis una idea para salirse un poco de lo común.

Ingredientes para el pan de ajo:

  • 400 g de mezcla de harinas sin gluten panificable (tipo beiker, Schär, Proceli). Yo utilicé Proceli.
  • 320 ml agua
  • 16 g levadura fresca
  • 100 g mantequilla sin sal
  • 2 dientes de ajos gordos o 3 pequeños
  • una pizca de sal
  • unas ramitas de perejil
Se pone la harina en un recipiente. El agua la suelo meter unos 30 segundos al microondas para que se ponga tibia y en ella disuelvo la levadura.
En una picadora se ponen los dientes de ajos, la mantequilla y las hojas de perejil y se tritura todo a la vez obteniendo una mantequilla con un bonito color verde. La cantidad de ajo depende del gusto de cada uno. A mi me gusta que sepa mucho y con 2 dientes gordos se hacía muy notable el sabor. Si solo quieres un ligero "gustillo" pon menos cantidad.
Al recipiente con la harina se le vierte el agua con la levadura disuelta, la mezcla de mantequilla, ajo y perejil y, si se quiere, un poquito de sal. Esta mezcla de harinas ya tiene sal, pero para mi gusto un pelín más no le sobra.
 
Con una espátula de silicona (o cuchara de madera si no tienes), se mezclan todos los ingredientes hasta que se vaya formando una masa mas o menos uniforme. En este punto, con las manos húmedas ve amasando para que se mezcle bien todo. Esta mezcla es muy pegajosa y tiende a quedarse pegada en las manos, para poder seguir manejándola basta con mantener siempre las manos húmedas.
Se le da la forma deseada y se deja reposar más de una hora en un sitio, a poder ser, cálido.
Con el horno precalentado, hornear a 180 º con calor arriba y abajo durante 25 minutos aproximadamente. Yo le puse la función de ventilador.

Ingredientes para el pan de tomate y pimientos

  • 400 g de mezcla de harinas sin gluten panificable (tipo beiker, Schär, Proceli). Yo utilicé Proceli.
  • 4 tomates medianos bien maduros
  • 16 g levadura fresca
  • 1 pimiento verde mediano
  • una pizca de sal
  • un chorrito de aceite
  • agua
Primero se pelan los tomates y se cortan en trozos. Con la ayuda de una batidora se baten bien hasta obtener un zumo. Se le agrega agua hasta llegar a tener 320 ml de líquido. Se tibia un poco en el microondas y se le diluye la levadura y se le agrega un chorrito de aceite y sal.
Se lava bien el pimiento y se trocea en cuadritos pequeños. Se reserva.
En un recipiente se pone la harina y se le echa el pimiento troceado. Se remueve bien para que se reparta. Se vierte en líquido y se mezcla muy bien con la espátula como se ha explicado antes, y después, de la misma manera, amasando con las manos.
Se le da la forma deseada y se deja reposar más de una hora en un sitio, a poder ser, cálido.
Con el horno precalentado, hornear a 180 º con calor arriba y abajo durante 25 minutos aproximadamente.



Y ya veis el resultado. Un pan esponjoso, lleno de sabor y que va bien con cualquier cosa. A mi, particularmente, el de ajo me encantó.

 
¿Qué otros panes con sabores habéis probado que os gusten? Yo recuerdo los que traía mi padre del horno donde trabajaba, unos con trocitos de ajos y otro de cebolla... mmmm, riquísimos!!



jueves, 10 de octubre de 2013

Bizcocho vegano (sin huevo, leche) de uvas de temporada

 
Tengo la gran suerte de que el otro día me regalaran uvas recién cortadas de la parra. Como no soy muy de comer fruta (lo sé, tengo que darme una colleja por ello), me iban a sobrar bastante, así que pensé en hacer un bizcochito para la merienda. Como el bizcocho vegano de naranja y chocolate me consta que tuvo mucho éxito, he querido probar otro con uva. Como hice en la anterior entrada, voy a poner los ingredientes para un bizcocho "normal". Así que manos a la obra.

Ingredientes:

  • 150 g de harina de arroz o 250 g de harina de trigo
  • 75 g harina de maicena
  • 350 ml zumo de uva (son aproximadamente medio kilo de uvas)
  • 35 ml de aceite de oliva o girasol
  • 30 g de tagatosa o 60 g de azúcar
  • 10 g de levadura en polvo
  • uvas para decorar

Lo primero que se hace es obtener el zumo de uva. Para quien tenga licuadora es bien fácil. Y si no tienes te voy a comentar un truquito, ya que si utilizamos la batidora se molerán también las pepitas y termina amargando un poco. Se ponen las uvas en una jarra, sin las ramitas, y con una cuchara o cucharón se empiezan a estrujar bien fuerte. Cuando sea difícil machacar más, se mete la mano bien limpia y se estrujan las uvas que vayan quedando más o menos enteras. Es una manera fácil y sencilla de obtener un zumo sin licuadora. Después se cuela y ya tenemos nuestro jugo de uvas.
En un recipiente se ponen las mezclas de harinas, la tagatosa o azúcar y la levadura. Se le añade el zumo, el aceite y se mezcla todo bien con una batidora.
En un molde engrasado se vierte la mezcla. Yo escogí las uvitas más pequeñas que no tenían pepitas y las agregué a la mezcla y, después, para decorar, se corta por la mitad varias uvas, se les retira las pepitas y se les pone por encima.
Con el horno precalentado a 160º, con calor arriba y abajo, se deja hornear durante 45-50 minutos.
 
Y el resultado... mmmmmmmmmmmmmmmm!!!
El zumo de uva al ser muy azucarado se deposita en la base del bizcocho y le da un aspecto de "borracho" pero que de sabor esta buenísimo.
Nuevamente, un bizcocho riquísimo, sin huevo, sin leche, sin azúcar y sin gluten, fácil de hacer y que, en mi casa, duró tan solo una tarde.
 
¿Te has animado ya a hacer algún bizcocho? Vamos, cuéntamelo y anímate a subir tu foto.

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Por que evitar el consumo de gluten y azúcar?

Siempre que le digo a mis amigos y conocidos que tengo un blog sobre consejos y recetas libres de gluten y de azúcar todos me preguntan: "¿es que eres celiaca?" "¿O diabética?" o "¿que ventajas tiene no tomar gluten?".
No soy celiaca, ni tengo una sensibilidad al gluten, ni soy diabética... simplemente decidí disminuir notablemente mi consumo de alimentos procesados, entre los cuales se encuentran las harinas blancas (la más ampliamente comercializada es la de trigo) y el azúcar. Eso, unido a una dieta baja en carbohidratos (cereales, legumbres, pasta), me llevaron a leer mucho acerca del gluten y sus efectos.

 

¿Qué me llevó a tomar esta decisión?

 
Hay que tener en cuenta que muchas de las calorías que ingerimos y que nos vende la industria alimenticia, son calorías vacías, que  no alimentan nuestro cuerpo.
Hoy en día, para hacer más apetecible y fácil de comer un alimento, previamente se le suele "refinar", quitándole las fibras naturales que poseen y que son las que reducen el colesterol, combaten el estreñimiento y proporcionan unos minerales que solo están presentes ahí. Además de eso, la industria alimentaria lo llena de químicos para blanquearlo (como en el caso del azúcar y de las harinas) o de aditivos para "mejorar" su sabor y textura.
¿Qué ocurre con esto? Que terminamos comiendo alimentos con un alto porcentaje de hidratos de carbono (azúcares) que no nos aportan otro beneficio. Estos alimentos refinados disparan nuestros niveles de azúcar en la sangre y promueven la resistencia a la insulina, causando diabetes y otras enfermedades.
 
Por otro lado, la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) estima que en España hay unos 450.000 enfermos celíacos (he visto otras cifras que hablan de 800.000 e incluso 1.000.000) una de cada 150 personas, de los que tan sólo se encuentra diagnosticado el 10 por ciento de los mismos.
Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico. 
 
En personas adultas  puede provocar inapetencia, depresión, estreñimiento, abortos, infertilidad, cáncer digestivo y no asociarlos jamás a algo que estemos comiendo por lo que, dado que el gluten no es una proteína necesaria y que puede ser sustituida por otras de origen animal o vegetal, yo prefiero no jugármela y disminuir en tanto que se pueda su consumo.
 
Para mi no ha supuesto un cambio muy grande de mis hábitos de vida, ya que para ello me hago mis propios panes y dulces que sería lo que, en un momento dado, podría echar más en falta. También he de decir que no soy una persona que lleve sus decisiones sobre alimentación de manera extrema. Cuando me apetece o se tercia como cereales o pasta o un trocito de empanada o pan, sobre todo cuando estoy en la calle o me pilla en alguna comida o reunión con los amigos o familiares. No se trata de andar agobiada con lo que se come o deja de comer, se trata de vivir feliz manteniendo una buena calidad de vida y conservando el mejor estado de salud posible.
Por este motivo y para evitar las consecuencias que deriven de nuestras decisiones, es importante conocer los pros y los contras de los alimentos que consumimos para que así podamos individualmente decidir si vemos conveniente o no reducir el consumo de aquellos que puedan tener efectos negativos y aumentar el consumo de aquellos que tienen más beneficios para nuestra salud.
 
Y tu, ¿Crees que sería importante reducir o aumentar el consumo de algún alimento en tu dieta?