Hola, querid@s seguidores/as. Tengo que disculparme por la dejadez de estos últimos meses. El hecho de embarcarme en nuevos proyectos me deja muy poco tiempo. Esto unido a que cerraron mi tienda favorita donde compraba las harinas a muy buen precio, hace que me cueste más esfuerzo (y dinero) meterme en la cocina. Pero ya no hay excusas, vuelvo a mi cocina!!!
Así que, un domingo, me puse mi delantal favorito, desempolvé mis batidoras, mezcladoras y resto de utensilios y me puse a hacer un bizcocho para la merienda. Como no lo había previsto, me puse a rebuscar a ver que tenía en la nevera y en la alacena... y el resultado fue espectacular. Un rico bizcocho, muy esponjoso, relleno de crema de calabaza y con cobertura de almendras.
Ingredientes:
Para el bizcocho
- 450 g de harina sin gluten (300 g de harina de arroz + 150 g de almidón de maíz).
- 200 g de azúcar de caña (o 90 g de tagatosa).
- 1 sobre de levadura.
- 1/2 cucharadita de goma xantana.
- 150 ml de aceite de oliva (o girasol si no quieres que te quede el sabor tan fuerte).
- 250 ml de leche (puedes utilizar soja, almendra, arroz... o cualquier otra que te guste).
- 1/2 cucharadita de cúrcuma.
- 1/2 cucharadita de nuez moscada.
- 1 cucharadita de canela.
- Almendras laminadas (opcional)
Para la crema
- 500 g de calabaza.
- 100 g de azúcar de caña o 40 g de tagatosa.
Lo primero, ponemos el horno a calentar, con calor arriba y abajo, a 170º.
En un recipiente, ponemos la harina, la levadura, la goma xantana y las especias. Lo mezclamos todo muy bien.
En un bol, mezclamos el aceite con el azúcar o la tagatosa, y lo mezclamos bien con la batidora. Cuando esté bien mezclado, se pone la leche y se vuelve a batir hasta que esté más o menos integrado todo. Se incorporan los sólidos a los líquidos, si es posible tamizándolos y mezclando poco a poco. La masa queda más bien espesa y pegajosa. La levadura yo la incorporo al final, y vuelvo a mezclar todo bien.
Tomamos un molde alto, con el objeto de que el bizcocho quede con la suficiente altura como para poder cortarlo por la mitad y manejarlo. Se engrasa y se pone la mezcla. Se ponen las almendras laminadas por la superficie (esto es opcional, pero queda riquísimo).
Se mete en el horno en la rejilla más cercana a la base y se ponen los primeros 10-12 minutos solo el calor por abajo. De esta manera conseguimos que suba un poco más. Después, volvemos a poner calor en ambos lados y lo ponemos durante 20 minutos más. Los tiempos dependerán de cada horno, así que siempre os recomiendo que hagaís la prueba de fuego, que es meter un palillo en el centro y ver si sale limpio o no. A mi se me fué un poquito la mano con la cocción y quedó un poco tostado por los bordes, pero el interior quedó suave y jugoso.
Esperamos unos 10-15 minutos después de sacarlo del horno para desmoldarlo y lo dejamos que se enfríe.
Mientras podemos hacer la crema, que es muy sencilla. Cortamos la calabaza en trozos y lo ponemos en un recipiente resistente al microondas. En unos 8-10 minutos a máxima potencia debe estar tierna. Si no, ponla un poco más porque nos interesa que esté super blandita.
Se mezcla con el azúcar o tagatosa y se pasa por la batidora para conseguir una crema fina, con un color espectacular.
Cuando el bizcocho esté frío (o templado) se corta por la mitad longitudinalmente y se le pone la crema, extendiéndola uniformemente con una espátula. Se tapa y así tenemos un rico bizcochito relleno, dulce, sano y muy natural.
El sabor de las especias le da un toque muy exótico, tanto en sabor como en olor, y la crema le da mucha jugosidad.
La verdad es que duró muy poco en casa, y esto hizo que me animara a seguir haciendo y publicando más recetitas. Así que, ya nos veremos más por aquí.
¿Te animas con esta receta?
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