Ingredientes:
- 200 g de harina de arroz
- 100 g de almidón de maíz (maizena)
- 100 g de azúcar + azúcar glas para decorar + 3 cucharadas para caramelizar + 3 cucharadas para macerar
- 1 huevo grande
- 50 ml de aceite de girasol (u oliva)
- 1 sobre de levadura química
- 300 ml de zumo de naranja recién exprimido
- 6 rodajas de naranjas peladas
- La cáscara de una naranja (sin lo blanco)
- Agua
Lo primero que haremos es poner a macerar las rodajas de naranjas con 2 o tres cucharadas de azúcar, y las dejamos 2 horas, dándoles la vuelta de vez en cuando para que todas tomen el azúcar.
Seguidamente, ponemos los ingredientes líquidos en un vaso de batidora, junto con el huevo. Añadimos, seguidamente, las harinas tamizadas y agregándolas poco a poco, el azúcar y la levadura y mezclamos muy bien.

Se vierte la mezcla en el molde. Se ponen, con mucho cuidado las rodajas de naranjas maceradas en el azúcar. He de confesar que este paso lo hice para hacer la decoración del bizcocho, como el que hice vegano, pero la masa de éste quedó más líquida y vi con horror como se hundían en ella.
Después pensé en decorar con las virutas de cáscara de naranja y que, una vez que se corte el bizcocho, serían una grata sorpresa el encontrarlas, por lo que me alegré de mi "error".
Cuando el horno alcance la temperatura deseada, se mete el molde y se deja solo calor abajo, horneando por un tiempo aproximado de 30 minutos. Recordad no abrir el horno durante ese tiempo y que podéis comprobar si el bizcocho está ya echo si lo pinchamos y el palillo sale seco.
Un vez terminada su cocción, se saca del horno y se pone a enfriar en una rejilla.
En un cazo, se calienta unos 100 ml de agua, 3 cucharadas de azúcar y se ponen las cáscaras, removiendo para que se empapen bien. Se espera a que se vaya consumiendo el agua y, antes de que se quede seco del todo, se sacan las virutas. Os recomiendo que esto sea inmediatamente antes de decorar el bizcocho, ya que de lo contrario se enfriarán y se quedarán muy duras.
Yo, por tanto, una vez frio el bizcocho, lo tamicé con azúcar glas y le puse las virutas por encima.
El resultado es espectacular.
Lo malo es que solo tengo fotos de fuera, ya que no estuve presente cuando se cortó. Solo decir que Maite me felicitó, dijo que estaba super esponjoso, con un sabor a naranja riquísimo y que encantó a su celiaco y a todos los invitados, así que yo más satisfecha aún que si me lo hubiera comido enterito yo solita ;-).
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