Mi amiga Olga lleva ya tiempo pidiéndome que probara a hacer pan para hamburguesas. Y nunca me había puesto a ello porque muchas recetas que veía se hacían con unos moldes que yo no tenía y no encontraba por ningún sitio (salvo por internet). El otro día me puse a pensar que seguramente podría hacer esos panes sin necesidad de molde y me puse a investigar. Encontré esta receta en el blog de celiacos y la modifiqué un poco para no utilizar mix comerciales, ni leche ni azúcar. El resultado fue espectacular!!!
Ingredientes:
- 250 g de mezcla de mi harina favorita aquí
- 30 g de harina de arroz
- 50 g de harina de garbanzos
- 150 ml de agua
- 12 g de levadura fresca
- 1 huevo grande o 2 pequeños (en mi caso, ecológicos)
- Un chorrito de aceite de oliva
- 1 cucharadita de tagatosa
- 1 pizca de sal
Lo primero que hacía en la receta original es espumar la levadura. Esto se hace, sobre todo, para saber si la levadura está en perfectas condiciones, si está activa. La autora del blog lo hace porque utilizó levadura seca de panadería. Yo, igualmente lo hice porque la levadura fresca llevaba ya un tiempo en el frigorífico y no sabía si estaba viva.
Para espumar la levadura, se pone un poco de agua o leche tibia en un recipiente de plástico (como un dedo), media cucharadita de tagatosa, la levadura desmenuzada y se mezcla bien. También se le puede agregar una cucharadita de harina. Se tapa y se deja que espume, hasta que llegue arriba del recipiente (dependiendo del calor que haga tardará más o menos, pero en torno a los 10-15 minutos).
Mientras, en un bol o en la amasadora, se vierte la harina, la sal, el/los huevo/s, el agua, el aceite y la tagatosa. Se mezclan unos segundos y se vierte la espuma de levadura, mezclandolo todo durante unos 5 minutos. Se tapa y se deja reposar hasta que doble el volumen (en mi caso, casi 1 hora).
Una vez que ha fermentado, se vuelve a amasar unos segundos para sacarle el aire.
Se cubre la rendija del horno con papel vegetal. Con las manos húmedas, se va cogiendo pedazos de masa y dándole forma redondeada y aplastándolo un poco. Con la superficie húmeda, se pone semillas de sésamo o de cualquier otra que se nos ocurra (amapola, chía...) y se dejan, nuevamente, que los bollitos leven. Yo los metí en el horno a 35º durante unos 15 minutos.
Cuando estén gorditos, con el horno así en frío, se pone a 170ºC a hornear durante unos 30 minutos o hasta que estén doraditos. La bandeja se pone en la rendija de abajo, con calor arriba y abajo.
Una vez hechos, se sacan y se dejan enfriar en una rendija.
Yo hice unos 7 bollos, pero quedaron pequeños. La gula me pudo y, a la hamburguesa de buey, le puse queso, rúcula, tomate y salsas. La próxima vez hago menos pero más grandotes.
¿A que tiene buena pinta?