Últimamente estoy bastante ocupada y no tengo demasiado tiempo para entrar en la cocina. Eso, unido a que mi actual trabajo es bastante sedentario y he cogido unos kilitos, hacen que no esté haciendo casi nada de repostería, porque me siento bastante culpable después por comerme esos manjares que no puedo evitar. Así que nada, que lo único que estoy haciendo son los encarguillos de panes que me piden de vez en cuando. Pero ya os debía alguna recetilla nueva.
El caso es que, será por las prisas con las que elaboré este bizcocho, de sabor estaba tremendo, pero de aspecto no tanto. Y es que la repostería y los panes se revelan cuando "notan" que no estás elaborando la receta con mimo. Pero bueno, por lo menos os traigo algo nuevo y, confío, que me vais a superar en la presentación, ¿A que si?
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 200 g de harina de arroz
- 100 g de almidón de maíz (maizena)
- 50 g de tagatosa (o 100 g de azúcar moreno)
- 1 huevo grande
- 50 ml de aceite de girasol (u oliva)
- 150 ml de zumo de limón
- Un poco de agua
- 1 sobre de levadura química
- 1 lata de frutas del bosque en zumo de uvas (Mercadona)
Para la crema pastelera:
- 1/2 l de leche (Yo usé sin lactosa)
- 1 vaina de vainilla
- 4 yemas de huevo
- 40 g de almidón de maíz
- 1 cucharada de tagatosa (no la quería demasiado dulce, si no poner 2 o 4 de azúcar).
Primero hacemos el bizcocho. Ponemos los ingredientes líquidos en un vaso de batidora, junto con el huevo. Añadimos, seguidamente, las harinas tamizadas agregándolas poco a poco, la tagatosa y la levadura y mezclamos muy bien.
Engrasamos con mantequilla o aceite un molde. Yo usé uno de plum cake que admite casi 1 kg de masa. Precalentamos el horno a 180 º, con calor arriba y abajo y ponemos la bandeja en la posición que deja la segunda ranura empezando por abajo.
Se vierte la mezcla en el molde. Cuando el horno alcance la temperatura deseada, se mete el molde y se deja solo calor abajo, horneando por un tiempo aproximado de 30 minutos. Recordad no abrir el horno durante ese tiempo y que podéis comprobar si el bizcocho está ya echo si lo pinchamos y el palillo sale seco.
Mientras se enfría, podemos hacer la crema pastelera.
En un cazo, se pone la mitad de la leche junto con la vaina de vainilla a la que habremos abierto por la mitad a lo largo. Se lleva a ebullición. Mientras, se diluye el almidón de maíz en la leche que hemos reservado. Se incorpora la leche fría al cazo y se remueve hasta que empiece a espesar. Cuando esté espeso, se aparta del fuego. Se baten las yemas y se incorpora al cazo, una vez templada la crema, sin dejar de mover. Se deja enfriar.
He de confesar que no sé porqué motivo la crema pastelera me quedó bastante líquida. Mi intención era poner una buena capa de crema en medio del bizcocho pero se quedó en una capita, pero igualmente estaba muy rica.
Para la decoración, se corta el bizcocho por la mitad longitudinalmente. Yo le puse un poco del zumo de uva que viene en la lata de las frutas del bosque, para que quedara más húmedo y blandito. Posteriormente se pone una capa de crema pastelera y se tapa.